“El Espíritu de verdad os guiará a toda la verdad” — Jn 16:13
El Espíritu Santo es el regalo que Jesús dejó a la Iglesia: quien guía, consuela y fortalece tu vida. Aprende a reconocer su voz, crecer en su guía y disfrutar de su amistad cercana.
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En este video conocerás qué es un espíritu, su origen de esta palabra y la naturaleza del Espíritu Santo.
¿Puede el Espíritu Santo guiar tu vida hoy? Aprende cómo lo hizo con los primeros discípulos y evalúa si estás atento a su voz.
El Padre nos dio su mayor regalo: el Espíritu Santo, y de esta manera nos ha sellado como sus hijos para siempre.
"Gracias a esta academia he entendido que el Espíritu Santo es una persona a quien puedo conocer y que él anhela dirigir nuestras vidas."
Sí, todo comienza con creer que Él es real y cercano, no una idea, sino una persona a quien puedes conocer. Jesús prometió que viviría en nosotros para guiarnos, enseñarnos y recordarnos Sus palabras. Imagina tener siempre a tu lado a ese amigo fiel, iluminando tu camino y llenando tu vida de sabiduría en cada paso (Juan 14:16, 17, 26).
El Padre celestial nos da un regalo invaluable: Su Espíritu. Quienes reconocen a Jesús como Señor y se vuelven a Él con corazón arrepentido lo reciben. Es una promesa viva para ti, para tus hijos, y para todos los que Dios llame (Hechos 2:38-39). Él es el sello de todos los que entran en la familia de Dios.
Porque solo Él transforma nuestro corazón, permitiéndonos amar, vivir en paz, tener paciencia y desarrollar un carácter semejante al de Cristo. La verdadera vida cristiana comienza al relacionarnos íntimamente con Él y dejando que Él nos guíe. El apóstol Pablo dijo claramente: “Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios” (Romanos 8:14).
Sí. Como hijos de Dios, no estamos solos: el Espíritu Santo vive en nosotros, guiándonos, fortaleciendo y renovando nuestra vida cada día.
Esto significa que el Espíritu Santo está presente en nuestra vida y es la prueba de que pertenecemos a Cristo (Romanos 8:9).
Totalmente. Todos hemos pecado y negar esa realidad es mentirnos a nosotros mismos (1ª Juan 1:8). Por lo tanto, el Espíritu Santo está presente para guiarnos, transformarnos y llevarnos por un camino de verdadera santidad. Él se encarga de enseñarnos a amar más a Cristo que al pecado.
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Aunque la Academia del Espíritu Santo fue fundada oficialmente en junio de 2022, sus raíces se extienden mucho más atrás en el tiempo. Después de catorce años de un caminar profundo y constante con el Espíritu de Dios —aprendiendo, sirviendo y permitiendo que Su voz moldeara cada paso—, Gonzalo Olivares decidió dar un acto de fe y obediencia que daría fruto en esta obra.
La historia de Gonzalo es una travesía guiada por la mano divina. A los 18 años, en su Chile natal, recibió el llamado del Espíritu Santo. En la ciudad de Santiago sirvió durante siete años en la iglesia Comunidad del Espíritu Santo, donde creció en fe, carácter y conocimiento espiritual. Más tarde, el mismo Espíritu lo condujo a Argentina, donde vivió otros siete años, desarrollándose profesionalmente y formando parte de la iglesia Rey de Reyes en Buenos Aires.
Sin embargo, el viaje no terminaba allí. Una nueva dirección lo llevó a España en el año 2022, donde recibió una clara instrucción: fundar una academia. No una institución tradicional, sino un espacio donde el Espíritu Santo fuese reconocido como una persona real, activa y cercana. Un lugar donde cada hijo de Dios pueda aprender a relacionarse con Él, escuchar su voz y dejarse guiar.
Así nació la Academia del Espíritu Santo, con el propósito de ayudar a creyentes de todo el mundo a desarrollar una relación viva con la persona que Jesús prometió que estaría con nosotros para siempre. Porque es el Espíritu quien revela nuestro propósito y nos muestra el camino para cumplirlo, tanto en lo personal como en lo colectivo, dentro del cuerpo de Cristo.
Hoy, Gonzalo Olivares se desempeña como subdirector de la academia y profesor de las Escrituras, con un enfoque apasionado en enseñar quién es el Espíritu Santo y cómo seguir su guía. Pero el director de esta academia —ayer, hoy y siempre— es y será el Espíritu Santo.

Gonzalo Olivares
Subdirector de la Academia del Espíritu Santo